-N o te molestes. - Le dijo Ava Gardner , que se había encendido un cigarrillo en un descanso de un rodaje duro. Competidoras en la gran pantalla por el amor de un hombre, alzaron sus ojos a la silueta lacónica de Clark, postergado por la tristeza. Con sus caladas, orbitaba el humo azulado en arabescos en torno a la cabeza del dandi, que sudaba profusamente. Junto a los minúsculos mosquitos, el calor resultaba de lo más enojoso para Ava, porque se le corría el maquillaje. Un escorzo para coger la taza de latón con café, y la bella señorita Gardner siguió de cháchara. - Desde Carole no levanta cabeza. Por mí te lo puedes quedar, Grace. - Sentenció la libérrima Ava. El animal más bello del mundo. Precisamente, Grace Kelly que escuchaba a su compañera de reparto, se conmiseraba de ella. Durante el rodaje de Mogambo , la morena había vivido la última crisis con Frank Sinatra , porque acudió a Londres por su cuenta a que le practicasen un aborto. Estaba convaleciente de la operación
A ngustiado, mis nudillos se suspendieron sobre la puerta, detenido por un adarme de duda. Aún estaba a tiempo de largarme. Pero tamborileé de forma que la mucama me abrió presurosa. Después, con sigilo de gacela, en un lugar donde las horas me parecieron muertas, me condujo a aquella habitación. Donde habría esperado fuego en su quicio, y sin embargo, la penumbra se cernía en los ojos de aquel fauno de crines plateadas. Adormilado en una de las butacas del tresillo de flores, despertó repentinamente, y viró su cabeza mientras elevaba la voz en una pieza parca. El gran Borges, en esa mediana edad. – Siéntese, por favor. – Pulsó el interruptor de una lámpara, con sus dedos gruesos, y bruñía la sonrisa con una inteligencia chispeante . – Yo por lógicas razones, no la necesito. Lo hago por vos, ya que me va a leer. - No le contesté, no por descortesía. Mi cabeza todavía flotaba en la escena que tuvo lugar el día anterior, el de la invitación. - ¿No sabés de quién se trata, loco? -