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Un secuestro y el cadáver de Evita.

Soñaron con despedazar al fauno en un bautismo, que conmocionaría al país. - La pagarás, Aramburu, no sabés cuánto. - La caterva de revolucionarios esgrimía complacida mientras acordaban los últimos detalles del secuestro, que aquél era  el bautismo de sangre deseado. Asimismo, uno de los puntos más arraigados de todas las reuniones llegaba cuando discutían sobre uno de los cadáveres más enigmáticos y bellos que pululasen por el mundo. Todo un mito en una Argentina, que se había deslizado por el precipicio del desastre económico debido a causas todavía muy discutidas. En pleno apogeo, la mujer tuvo que renunciar a la vicepresidencia, pues la enfermedad avanzaba con pasos desmedidos, un cáncer de útero fulminante. Hasta que la muerte, su embalsamamiento, le hizo girar en un tour macabro que duraría años. También cuenta la leyenda que varias copias de cera, recorrían el mundo para despistar a los adversarios. ¿ Dónde se hallaban realmente los restos de Evita Perón se había convertido en un asunto de estado en Argentina?

De No mencionado - Caras y Caretas 2236, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=18590118
El matrimonio Perón, un dúo imbatible
en las urnas


Es más, los rotativos de medio mundo publicaban sueltos que acrecentaban el globo de la historia.  Más tarde, se supo que la momia había sido enterrada en Italia. El Gobierno de facto de Aramburu quería borrar hasta el último vestigio que hubiese dejado el peronismo, en la llamada Revolución libertadora con la que los sectores tradicionalistas recuperaban el poder. Y por supuesto, tener lejos el túmulo de Evita, idolatrada por las masas, y que podría ser como se decía entonces, un factor de desestabilización. Así, que los golpistas decidieron que Evita o lo que quedase de ella, tenían que tomar las maletas, sin dudarlo un instante. Comienza así su viaje por los inframundos con un nombre falso, el de María Maggi de Magistris, en el marco de la operación Evasión. Fue por eso que mucho tiempo después, los montoneros, además de secuestrar y asesinar a Aramburu, exigieron el retorno del cadáver de la dama de Argentina.



Hagamos un inciso, para poner en contexto el fenómeno de Evita Perón, aunque sea sucintamente. Hija natural, de una familia escondida por un padre que dedicó sus desvelos a la parentela oficial, tuvo que ganarse la vida desde bien joven. Con su aspecto frágil, fue escalando posiciones en el mundo del espectáculo, y aquí, su trayectoria difiere según la cuenten unos u otros. Desde vicetiple frescachona que alegan sus detractores, con el paso del tiempo, el trabajo de los cómicos y mujeres del espectáculo parece más decoroso que en la época, hasta una actriz que supo ganarse la confianza de sus compañeros de profesión, para escalar posiciones en los sindicatos de artistas y lograr papeles cada vez más importantes. Constatar en cualquier caso, que fue reconocida en su profesión, y un par de curiosidades más. Eva Duarte comenzaría una radiodifusión de Grandes mujeres, con la que dramatizaba la vida de las grandes protagonistas de la historia, donde ella como sabemos tendría un capítulo digno de mención. Además, cuentan los maledicentes que el encono entre ella, y la gran diva de verdad del cine y la canción patrios, Libertad Lamarque, llevó a la última a vivir un exilio no reconocido. A la Perón se le coloreaba el rostro de rabia cuando se mentaba en su presencia a la Lamarque. 




De Annemarie Heinrich - AGN, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=1420342
Evita, en sus famosas radiodifusiones.
Suponemos que jamás habría pensado
que su figura despertase tanto interés
como la vida de mujeres ilustres
que representó en las ondas.


Retornando a la momia, sería  su viudo,  Juan Domingo Perón, el que  reclamase los restos de Evita, que viajarían con él a Madrid, donde envejecía añorando la patria y en algunas ocasiones recorriendo El Retiro o la Dehesa de la Villa, con la murria que se prendía a sus pies. Quizá coincidiese con Ramón Serrano Suñer, otro de los olvidados por sus querencias con el Eje o no sabemos si defenestrado por sus amoríos, que contrariaban a la cuñada de Franco. El Cuñadísimo, hombre de leyes y de vivaz prosa, se pararía para hablar con Perón, de las oportunidades perdidas. Y Ramón tan espigado, intentaría atisbar cuánto de verdad había, sobre lo que se rumoreaba acerca de la momia de Evita, escudriñando en los ojos del ex dirigente argentino. ¿Harían ceremonias esotéricas para instilar en Isabel Duarte, la nueva esposa, el carisma de la anterior, la gran Evita? Todavía creemos escuchar como el eco inextinguible, las diatribas de Evita contra la oligarquía, que otros dirigentes más actuales del populismo han rescatado en Hispanoamérica.


De Ramos. - Museo del Bicentenario, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=23051300
Cartel segundo aniversario
Día de la Lealtad

Porque los Perón trajeron muchos derechos a los trabajadores, Evita en concreto luchó por el sufragio femenino que consiguió, pero a cambio dejaron un poso demagógico que perdura en cualquier argentino, y que muchos intuyen como la razón más que deletérea para repartir un maná sin esfuerzo ¿Quién sabe? Al mismo tiempo combatieron con ardor al que llamaban bolchevismo, y bajo el cual se escondían socialistas, comunistas.  Lo que sí podemos decir, es que sus figuras fueron a partes iguales denostadas o idolatradas como verdaderos santos; a pesar de que la frágil dirigente hiciese del lujo un signo distintivo de su personalidad, se movía a la perfección entre sus descamisados. O la obsesión del líder argentino por atraer a todo el talento nazi, pues tenía la certeza de que Estados Unidos y la URSS se enfrentarían en una guerra, de cuyas cenizas emergería su patria. Por otra parte, el cadáver de Perón también sería profanado. Por sus manos, se pedirían ocho millones de dólares al Partido justicialista trece años más tarde de su fenecimiento, en 1974. Con ellos, no hay términos medios.

PS: La Junta Militar argentina decidió entregar a la familia el cadáver de Evita en 1976, que está enterrado en una cripta del cementerio de La Recoleta, a ocho  metros de profundidad como medida de precaución y bajo estrictas cautelas de seguridad. 



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